viernes, 1 de agosto de 2014

Frontera

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De nuevo en un pueblo de mar.
Ahí donde empieza el mar hay una frontera y detrás de la frontera hay algo desconocido. Y existen una serie de hombres y de mujeres que guardan en su interior un anhelo de conocer esos vastos continentes de tierra y de agua.
Unas veces se trata de sobrevivir, por eso se cruza la frontera a costa de todo. Otras veces se trata de ir más allá, por el deseo de conocer, de conocernos, que no deja de ser también una necesidad imperiosa.
En todos los casos buscar otra vida, como dice Manuel Rivas "...hay algo muy fuerte que une al náufrago y al emigrante. La lucha por la supervivencia y el ansia de una nueva vida. Otra vida"
El deseo de cruzar la frontera seguramente es algo intrínseco, aunque para algunos silenciado, de todo ser humano.
Dice Kapuscinski en las primeras páginas de su "Viajes con Heródoto": "...en el fondo, mi más ardiente deseo, mi anhelo tentador y torturador que no me dejaba tranquilo, era de lo más modesto, pues lo único que me intrigaba era ese instante concreto, ese paso, ese acto básico que encierra la expresión <cruzar la frontera>", esto lo decía cuando era un periodista novato que no había salido de Polonia. Luego cruzaría mil fronteras. 
Hay fronteras físicas, otras son de otra índole a las cuales es difícil a veces ponerles nombre, ponerles palabras. En todos los casos se trata de descubrir lo desconocido.
Algunos hablan del mar como un gran útero, dice Thoreau que "el útero es la más fértil tierra" . Bella imagen del mar. Ir a la búsqueda de la fertilidad, de algo que nos siga construyendo y nos ayude a crecer es un hermoso camino para recorrer. Parece que el mar tiene algo que decirme.
Cruzar la frontera muchas veces no es fácil, en la mayoría de los casos hay que echarle coraje, que es el antídoto del miedo, miedo que paraliza y ensordece.
El mar invita y la frontera invita. Todos somos náufragos y emigrantes y el camino está ahí mismo. No digo que sea fácil, nunca lo fue, pregúntenselo a Ulises.

Banda Sonora:
Glenn Gould plays Bach




2 comentarios:

  1. Esos pequeños detallitos que se van encontrando al paso del deambular, qué preciosos por dios! me ha encantao el poyete con los motivos marinos y los techos de la bonita casa rosa.

    :)

    saluditos!!

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  2. Precisamente hace unos días estuve viendo un documental sobre Avión, un pueblo gallego lleno de emigrantes y llevo días dándole vueltas en la cabeza al tema de por qué en Galicia tanta gente se fue. Me da la sensación de que hay sociedades más propensas a este ansia de cruzar fronteras, que no solo depende de la situación de necesidad material. Será el ansia de la nueva vida de la que habla Manolo Rivas...

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