jueves, 27 de octubre de 2011

Un pesto sin parmesano





Sin parmesano porque el queso no me gusta mucho, y la verdad es que quedó muy rico.
El coche estaba inundado con el olor de la albahaca y el camino a casa se llenó de ensoñaciones culinarias. Luego la casa olía intensamente a la misma albahaca.
Usar esa mini picadora verde que le sustraje hace tiempo a mi madre me encanta. Es muy vieja y vino de Francia, la trajeron unos tíos míos que vivían en París y siempre me pareció algo exótico, me sigue pareciendo. Y esa caja vieja con su "made in francia" me parece lo más, sobre todo porque me traslada a la infancia, a la cocina de la infancia viendo a mi madre y a mi abuela moverse por ella.
Hay pequeños instantes de felicidad que son muy difíciles de explicar con palabras. Comprendes cuando alguien te habla de ellos porque tú también los has vivido, el olor de la albahaca en el coche, un mañana de otoño luminosa...
Para el pesto: albahaca fresca (un buen puñado), piñones, aceite de oliva virgen y ajo.
Para las cantidades soy muy mala y todo lo hago a ojo.
Cocí unos macarrones y luego lo mezcle. Delicioso!

Banda Sonora:


3 comentarios:

  1. mmmmmmmmm!!!!!!!! dónde coges la albahaca??

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  2. De la huerta! A ver si un día te doy un poco. A veces la congelo porque no doy a basto con ella, pero ahora ya queda poca.

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  3. Qué guapo lo que cuentas...
    esos objetos que no tienen valor más que para quien lo tiene...son cariñosos tesoros que hay que guardar con mucho mimo!!
    el olor de la albahaca... es de los mejores aromas de la huerta... por no decir el mejor...!!!

    pero que muñecas tan preciosas...te dije una vez.. que mi madre las tejía? y yo también a veces... con los brazos pegados al cuerpom metidas las manos en los bolsillos... preciosas también!!
    mil besos

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