domingo, 8 de mayo de 2016

El barco





Fui con mis sueños y mis fantasías de novelas de barcos y aventuras. La fantasía es fantasía y potencia la evasión, en mi aventura no hubo nada de eso, no encontré modo de evadirme, bueno si, en un rato que me mareé y para transitar el mareo decidí fundirme con él y me dejé mecer por el mar en una profunda duermevela.

Me vine con la certeza del poder de la confianza. Confiar hace que todo fluya y las cosas ocurren y el barco zarpa y navega. Confiar en mi y en el otro, en que cada uno va a hacer su trabajo y se va a entregar a la tarea de aprender como se conduce una nave por el océano, que casi es lo mismo que conducirse una por la vida. Que a eso fui, a ver algo más de cómo dirijo mi nave. Y algo hicimos bien porque el velero navegó, salió de puerto y entró. Confiar en el no saber, en el otro, en el cansancio, en la confrontación, en la pasión, en la euforia, en el reencuentro, en el apoyo mutuo.

Y aquí estoy, cansada aún, descansando del movimiento que atrapó a cada célula de mi cuerpo en ese vaivén del Atántico.

Banda Sonora: 





martes, 19 de abril de 2016

Libertad y tradición





Libertad y tradición.
Claveles, sardinas, gaviotas, cuervos, bacalao, fados...
Libertad a raudales. Tradición la justa, la aprovechable. 

Banda Sonora:

lunes, 11 de abril de 2016

La bendita siesta




Cerrar los ojos, soñar, dejar que el cuerpo y el alma a través del sueño ordenen lo vivido, lo pongan en su lugar. 
Buscar un rato al sol o a la sombra, en soledad o compartiendo un silencio y descansar. Y parar este sin fin de pensamientos agotadores y que muchas veces no sirven para nada, para dar vueltas a algo que es y que poco podemos hacer para que sea de otro modo.
La siesta, la bendita siesta que cuándo se necesita y una se la puede regalar es gloria. Hoy fue un día de bendita siesta. 

Banda Sonora:

domingo, 3 de abril de 2016

Paseos#4.16 Lisboa





Lisboa es lenta y eso me gusta.
Es decadente y eso me gusta.
Es amable y eso me gusta.
Lisboa es un lugar para repetir, para pasearla una y otra vez, sin prisas y sin grandes cosas que hacer. Cada vez me gusta más conocer así las ciudades, paseándolas lentamente sin un destino muy claro. Tomar la dirección de un barrio, luego de otro, pararme a tomar una cerveza observando el lugar y a la gente que me rodea. Si, me gusta fisgar la vida de los otros de lejos e inventarme sus historias. 

Banda Sonora:
Chet Faker


viernes, 1 de abril de 2016

Paseos#3.16






Mis pies se enfrían por la noche. Y aunque lo he intentado muchas veces, no puedo dormir sin calcetines. Tengo calcetines para dormir que forman parte de la indumentaria del pijama.
Cuándo llega la primavera, una de las señales de que está ocurriendo, es que me suelo despertar por la mañana solo con un calcetín, el otro anda nadando solo libremente por la cama. Me lo quito dormida, sin darme cuenta y es el primer paso para dormir a pies descalzos. Antes de quitarme el segundo calcetín llegará la fase de sacar el pie desnudo de debajo de las sábanas y que le de el fresco por la noche. Después quedaré libre de calcetines por unos meses.
Son las señales de la primavera y luego llegarán las señales del verano, cuándo empiece a sudar como un pollo asado y me anime a quitar mantas y edredón. 


Banda Sonora:


martes, 29 de marzo de 2016

lunes, 21 de marzo de 2016

Paseos#1.16






Los paseos por los pueblos me ponen en otro ritmo, un ritmo que no me da internet, ni el ritmo del trabajo y la ciudad. Por momentos todo se vuelve bastante loco.
Intento traerme la pausa del pueblo, del paseo que no tiene objetivo, de ese paseo dónde no hay que llegar a ningún lado, no hay que cumplir, no hay deber.

Banda Sonora:



sábado, 13 de febrero de 2016

Viaje relámpago al Oriente (Bilbao)




Paseo por el mercado.
Voy y vengo, a la búsqueda: "algunas cosas no pueden explicarse, sencillamente son. Y al cabo de algún tiempo desaparecen para siempre o se vuelven interesante en otro sentido"

Banda Sonora:


miércoles, 10 de febrero de 2016

El descanso





Saber descansar es un arte.
Todos andamos corriendo, ocupadísimos, cuántas más cosas tengas que hacer, más eventos a los que ir, más andar de un lado para otro, parece que con eso tenemos la sensación de que nuestra vida está más llena, más plena.
El trabajo, la vida social (oh si la vida social!), un poco de deporte para no envejecer prematuramente, ir a comer al restaurante de moda, pasear, estar activo en las redes sociales...
¿Cuándo descansamos y cómo?
Bueno, yo últimamente ando callada porque estoy descansando, pues un día me di cuenta que descanso mal, vamos, que se me olvida. Vengo, voy, salgo, entro y de repente como que me encuentro mal y pienso, na, la gripe. ¡Y no! Me tiro en la cama, cierro los ojos, pongo un poco de atención a la respiración, y oye, como nueva. Pero parece que para esto no hay tiempo y claro, luego nos estresamos, estamos mal, enfermamos. Y me atrevo a hablar en plural porque he hablado de esto mil veces con mucha gente, porque es una queja común: "no puedo más", "estoy agotado", "me encuentro mal"... Es como esos anuncios de medicamentos. ¿Te encuentras mal porque te has puesto fino con una comilona detrás de otra y luego sales de noche y vas casi sin dormir a otra reunión pero luego quedaste para salir otra vez? Pues tómate una pastilla que te arregla la tripa y sigue, ¡sigue hasta reventar! Ir a casa a descansar y perderte la fiesta dónde va a estar toda la gente estupenda no es una opción.
Yo estoy muy aburrida de vivir a un ritmo !que no hombre, que no es el mío! 
Descansar tiene que ver con parar y a veces al parar aparece un vacío que muchas veces no somos capaces de sostener, entonces volvemos de nuevo a la carrera, una carrera inútil hacia un vacío estéril.

Banda Sonora:
Natalie Merchant




lunes, 4 de enero de 2016

A la mierda las mejores intenciones



Esta época es la de las buenas intenciones. Me he pasado la vida perdiendo mi bendito tiempo pensando y haciendo listas llenas de objetivos que iban a cambiar mi vida. Septiembre, por eso del principio de curso y Enero, por eso del principio de año, son lugares comunes para las mejores intenciones.
Yo siempre he preferido septiembre para mortificarme con listados de objetivos y logros para el próximo curso.
Las cosas han cambiado bastante, ahora ya no pierdo el tiempo con la construcción de esas listas, ya no hago listas, ¡para que! ¿para luego frustrarme por el incumplimiento persistente y seguro de cada uno de los objetivos? ¡no!. Si una cosa he aprendido o estoy aprendiendo en la vida es a dejar de maltratarme. Ya valió de listas infinitas sobre empezar al gimnasio, a clases de inglés, propósitos de llevar las cosas al día y no dejarlas para el último minuto, de ser ordenada, de cocinar todos los días, de ser persistente con mi práctica de meditación, de desmaquillarme cada noche (si, muchas veces no lo hago, suerte la mía que no me echo mucho pote).
Vamos, que sigo como siempre, no haciendo muchas cosas de las que "me gustaría hacer". Ya hablé alguna vez del autoengaño que padecemos una y otra vez con el "voy a hacer", voy a hacer pero no hago, eso quiere decir entonces que no lo quiero hacer y punto.
No quiero ponerme en forma, no quiero estudiar inglés, no quiero cocinar todos los días ni hacer meditación, ni quiero desmaquillarme(ya veréis, cuándo sea vieja quedaré sin pestañas y eso no me apetece nada, jaja!), ¡como suena eh!
Gasté horas y horas haciendo listas, para nada, sí,  para perder el tiempo infinitamente, recrear una y otra vez las cosas que iba a hacer en mi mente para luego no llevarlas a cabo. Y ocurre que las cosas que no se llevan a la acción se quedan estancadas, se acumulan, inconclusas quedan atrapadas en algún lugar de nosotros mismos, como asuntos pendientes.
En el ciclo de necesidades, en el Reposo aparece una Sensación, quizá a esa sensación le podamos poner Conciencia, darnos cuenta de ella. Aparece entonces la Energetización, una necesidad que podemos actuar, llevarla a la acción, entonces entramos en Contacto, después del contacto necesitamos Retirarnos para no quedarnos pegados en el otro, en lo otro, para poder descansar, volver a uno mismo y estar preparados para una nueva sensación-emoción y desde la atención darnos cuenta de nuestra necesidad.
¿Qué ocurre si paralizamos nuestra necesidad un poco antes de la acción, es decir, si no la actuamos, si no la llevamos a cabo? Pues que la energía queda atascada y y no podemos llevar a cabo o ir hacia la concreción de nuestras necesidades. Y si una y otra vez no llevamos a cabo nuestras necesidades llega un momento en que ni sabemos cuales son, perdemos hasta la capacidad de darnos cuenta de la sensación y de la emoción que viene con ella.
Ahora en vez de hacer listas y ponerme grandes objetivos prefiero poner atención a mis necesidades cotidianas, a dosificar mi energía en lo que necesito, en observar mis límites y en dejar de lado los "deberías hacer esto o lo otro".  No digo que me vaya de perlas, digo que me va mejor, ¡jeje!

Banda Sonora: