viernes, 17 de enero de 2014

Ventana de invierno



Mis amigos se reían porque decían que siempre tenía las ventanas de casa abiertas, incluso en invierno. Y esto es un contrasentido porque soy muy friolera. Ahora ya no las abro tanto tiempo, ya no estoy tan obsesionada con ventilar. De todos modos me sigue gustando que corra el aire. Que entre y salga el aire.
La situación política y social que nos rodea es penosa, me dan ganas de ponerme pesimista, pero me niego. Me niego en rotundo a llenarme de miedo, a entristecerme y a desconfiar, porque creo en el ser humano (aunque a veces cueste), porque creo en que todo son ciclos, porque creo en la lucha política y social (mirar a los de Burgos dando guerra), porque creo que la primera revolución es la personal, es la de no dejarse abatir personalmente y confiar, confiar una y otra vez y de ahí sacar la fuerza. 
Y porque confío y esa es la energía que tengo, está siendo un invierno precioso, un invierno de jardinería doméstica, de paseos por el monte (ésta fue mi última ruta, preciosa!), de ganchillo y lanas, de nuevos -viejos proyectos de trabajo, de reencuentros maravillosos, de vida, leñe! 

Banda Sonora:

4 comentarios:

  1. Cuesta creer...pero a veces pasan cosas como las que han pasado en Burgos y algo te dice que si.

    ResponderEliminar
  2. Eso, ventilar los miedos, pero sin pasar frío, que ya vendrán tiempos más cálidos...

    ResponderEliminar
  3. Ventilar en todos los sentidos, para que entre lo nuevo, corra lo viejo, y respiremos con la vida. Muchos besos!

    ResponderEliminar