El funcionamiento del cuerpo humano me parece apasionante. El mecanismo de la vida es un misterio. Y me parece alucinante la relación entre el plano físico y el plano emocional. Para mi es imposible entender las dos partes si no es de una forma unitaria, total. Y hablo de relación para entendernos pues ¿cómo se pueden relacionar dos partes que son una? Esta paradoja ha sido muy bien explicada por el Zen.
Muchos y grandes autores se han ocupado y se ocupan de éste tema.
Hace un tiempo lei unos cuantos libros de Adriana Schnake (Nana), una mujer que se ocupa del cuerpo y del alma, de la enfermedad y del carácter. Tiene una escuela en una hermosa isla del Pacífico, Chiloé, una isla de pescadores que tuve la suerte de conocer, aunque cuándo estuve no conocía a la Nana, ahora me encantaría volver e ir a conocerla. También hace poco me enteré, leyendo una novela de aventuras, que mi amigo Jack Byron anduvo perdido por aquellas aguas y aquellas tierras hasta que volvió a la civilización a través de algún pequeño puerto de Chiloé.
En esto me dio por pensar hoy al encontrar estas representaciones de anatomía que me encantan y en ver cómo se juntan la anatomía, las novelas de aventuras, los viajes, la psicología y los muñecos.
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