Hoy no se si soñé con cocodrilos o con dragones. El último capítulo de Juego de Tronos me dejó impresionada, me daba cuenta como los ojos se me abrían más y más y poco a poco y no podía volver a un gesto relajado. Mi hermana me había pedido que le escribiera en cuánto terminara de verlo para conocer mi reacción. Y mi reacción fue: NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
Lo único que se es que soñé con escamas, muchas, grandes y duras y se que no eran de pez. Eran de algún animal grande.
Tengo un pequeño nudo en el estómago desde hace un par de dias, cosas de la vida, nada grave. Y tengo un calabacín recién recogido de la huerta y esto me pone muy contenta, ver como empiezan a salir frutos de la tierra trabajada.
Respecto al nudo en el estómago estoy a ver si me amigo con él. Es como si tuviera ahí metida una cuerda gorda y grande, con un nudo bien contundente. Con mi respiración estoy intentando moverla, la cuerda digo, el nudo digo, si, ahora mismo, escribo y respiro, pienso y respiro conscientemente, bebo un sorbo de café y vuelvo a prestar atención a la respiración. Muchas veces, muchísimas, esto me sirve. La respiración me devuelve a mi misma, me devuelve porque a veces me pierdo y me abandono, y la respiración me trae a mi una y otra vez.
¿Y que hay mejor cosa que volver a sí una y otra vez? Esto es como una prueba infinita porque continuamente nos vamos de nosotros mismos, nos abandonamos, queriendo agradar a los otros, intentando hacer más de lo que nos es humanamente posible, no descansando, viviendo desde la cabeza más que desde la tripa, desde la necesidad, corriendo de un lado para otro en busca de una satisfacción que nunca llega, porque la atención no está bien dirigida. Busco algo que me llene, nada me satisface.
Volver a mi pasa por pararme a respirar conscientemente. Dejar que mi cuerpo se oxigene, pare, escuche su ritmo, sería algo así como una metaescucha. Y ahí, de repente, aparece un estado de calma y de bienestar casi inesperado. Porque una de las claves es parar, respirar sin objetivos, sin esperar nada.
Volver a mi pasa por pararme a respirar conscientemente. Dejar que mi cuerpo se oxigene, pare, escuche su ritmo, sería algo así como una metaescucha. Y ahí, de repente, aparece un estado de calma y de bienestar casi inesperado. Porque una de las claves es parar, respirar sin objetivos, sin esperar nada.
Y de las escamas míticas he pasado a la respiración consciente.
Buen día!
Ay ya has visto el final de Juego de Tronos!! Y ahora qué!! ES MUY TREMENDO!!! Esperemos que Martin saque ya su sexto libro y alivie un poco la espera, nos tiene en sus manos!!
ResponderEliminarEso es lo mejor parar y respirar para coger carrerilla y adelante!
bss
Nika
¡Cómo puede haber algo tan fácil como respirar y que hacemos tan mal!
ResponderEliminarRespirar es un espacio de mi interioridad que aveces pierdo, sigue respirando y que el nudo se desate.
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