Ni creo que cualquier pasado fue mejor, ni creo que estemos en el mejor de los mundos posibles, todo está por construir.
Dicen que la depresión es un exceso de pasado y la ansiedad un exceso de futuro, la cosa está en no vivir el presente. Yo me identifico más bien con el segundo de los casos, el miedo a lo que pasará, la desconfianza en el futuro, el miedo a si no voy a poder, el miedo a la muerte... Todo pura ilusión y mentira, porque el futuro no existe.
Otros se quedan enganchados en lo que hicieron, dándole vueltas a lo que tendrían que haber hecho, dicho o no dicho, más mentira, porque el pasado tampoco existe. Ojalá pudiera vivir mi posible futuro y digo posible porque quizá no haya futuro, como vivo el pasado, con sincera aceptación, sin remordimientos ni angustias, porque siento que fue lo que fue y lo que hice o dejé de hacer fue lo que pude hacer, ni más ni menos. Como veis ahí me engancho a lo que invento, un futuro inventado de mentira.
El asunto es vivir la experiencia, algo que aunque parece mentira, cuesta. La experiencia ocurre en el aquí y ahora, nada más. A veces todo va tan rápido que aunque consigamos quedarnos en el aquí, podríamos preguntarnos y ¿dónde está el ahora?.
Pararse, algo tan fácil de decir y tan difícil de hacer. Aparece vértigo, aburrimiento, miedo, susto...interrupciones a la experiencia de estar con nosotros mismos, interrupciones que nos impiden llegar a la calma, sin pasado, sin futuro, sin expectativas, ni objetivos, ni "deberías".
En fin, voy a dormir la siesta en calma, después de haberme parado a ver fotos de un buen pasado por allí cerca del mar Caribe :) Me ha hecho mucha ilusión recuperar estas fotos del 2009 hechas con una cámara compacta de bolsillo que fue una gran compañera de viaje:)
Buena tarde!
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