Buscando un público ingenuo de
mirada inocente, Moni se encontró a la vaca. Pastaba, sacudía la cola apartando
las moscas y parecía feliz. Y entonces apareció
la cosa de mostrarse a la vaca y la vaca se hizo Xata y la vaca creció y
creció.
Y la Xata que empezaba sola, como
proyecto personal, lo convirtió todo en un proyecto colectivo para en último
término seguir estando sola, porque el buscador, más allá o antes de lo
colectivo, siempre está solo.
No hay otro camino que la
invención, salirse de lo previsto, del circuito muerto y acomodado a lo fácil.
Un circuito dónde solo caben los mismos de siempre, con el mismo discurso. Nada
nuevo, ya saben.
Un camino de apego y desapego, de
vida, muerte y renacimiento. Un camino que sigue los ritmos de la naturaleza,
de las estaciones, que revive en verano y vuelve a los caminos, a las
estaciones, a los chigres, a los aeropuertos, a la feria del ganado, a los
praos…todo hecho y todo por hacer.
Estamos hablando de recursos
mínimos y objetivos simples que no por ello menos grandes. Partir de la nada en
un intento de construir un camino propio.
Material consciente e
inconsciente que sale y entra a veces no se sabe muy bien cómo.
Lugares que nutren y otros que
matan y la experiencia y lo vivencial cómo guia de viaje.
Tiempo para la catarsis y desde
ahí, quizá crecer. Porque sabemos que cuándo se va de viaje nunca se vuelve
igual. Y la Xata no para de viajar, de renacer y morir de nuevo.
Y nos preguntábamos delante de
unas botellinas de sidra, después de una tarde de baños en el Cantábrico, ¿qué
hay más allá de la vaca?. Y oíamos a lo lejos al mar susurrando una historia
apenas comprensible, una historia de intuiciones, de tiempo, de calma, porque
solo así se gestan las cosas buenas.
No os voy a contar todas las
actividades que durante tres semanas vamos a tener en Llanes porque lo tenéis
todo aquí.
Venga todos a la Xata!
Las maravillosas fotos son de Cris Fium :)
Banda Sonora:
increibles estas fotos! me encanta!
ResponderEliminarViva la Xata!
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