Con la berenjena tengo una relación de amor-odio. A veces la amo y otras la detesto. Es que a veces me pica, sí, que la como y me pica o me sabe muy fuerte y no me gusta nada. Depende también de como esté cocinada.
Esta forma de comerla es de una simplicidad apabullante. Decir que es una receta es casi una osadía.
Como veis no pelo la berenjena, lavarla no está mal, eso si, jeje!
La corto como veis en la foto, la salo, la paso por harina y la frío en aceite bien caliente.
Al sacarla del aceite ponerla sobre papel de cocina para que suelten un poco de aceite, bueno, lo de siempre, ya sabéis.
Antes de servir, mejor bien calientes, le añadimos un hilillo de miel por encima.
A comer!
Banda Sonora:
Pues a mí me pasa al revés: que la berenjena me gusta siempre, aunque pique. Frita y con miel está deliciosa, pero yo no la como así casi nunca, porque son como esponjas para el aceite. Precisamente ayer las comí hechas al horno en gajos, con un marinado. Hmmm...
ResponderEliminar¡Qué ricas! Yo también las hago fritas con miel pero, en lugar de enharinarlas, las paso por una pasta clarita de harina con agua, porque creo que quedan más crujientes.
ResponderEliminarClaro que, como dice Montse, absorben mucho aceite, así que las probaré al horno.
Mendruga, aunque sean sencillas, me gustan tus recetas y tus fotos.
Besos.
Polluelita, si quieres que no te pique la berenjena, tienes que ponerla a remojo antes como una hora o más en agua con bastante sal. El agua quedará color marrón oxidao y ya no te picará...y alomejor a partir de ese momento tu relación con ella será de amor y cómeme to los días!! Ya me contarás capullito de Alhelí! jajaja
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