Cuando tus palabras se queden cortas, cuando a través de ellas ya no encuentras qué, cómo decir...baila. Algo así oí decir a
Pina Bausch hace poco en el documental que grabó
Win Wenders sobre su trabajo.
Les pedía a los bailarines que bailaran una emoción, que probaran hasta que encontraran algo.
Movimiento consciente, acción consciente, estar en mi aún moviéndome, sin perderme en los otros, en contacto.
El pararme y el movimiento consciente, para mi son lo mismo, aunque pueda parecer paradójico.
Porque ¡cuánto hacer a lo loco y qué agotador!
Moverme y sentirme, bailar y sentirme, otro modo de estar en el mundo, que a mi que soy tan mental tanto me cuesta. La pereza, el cansancio, la mecanicidad....se instalan en mi o dejo que se instalen, y solo a veces volviendo al cuerpo conscientemente puedo salir de ahí.
El cuerpo es un templo de sabiduría, el cuerpo es un indicador fino al que hay que aprender a escuchar. Volver a él, volver a él...ese es mi mantra:
"Cuándo no sepas qué hacer, respira"
"Cada vez que cambias la atención a tu respiración es un acto de amor" Robert K. Hall
"Quién mueve el cuerpo, mueve el corazón; quién mueve el corazón, mueve las emociones; quién es capaz de emocionarse y quién es capaz de emocionar, ha encontrado la llave del misterio-milagro del aprendizaje"
Banda Sonora:
(Todas las fotos están sacadas de
Pinterest y las podéis encontrar en mi carpeta de
Movimiento)