Necesitamos: patatas, aguacate, cebolla, queso (uno blandito que derrita bien), sal y aceite de oliva.
Para un aguacate. Cocemos una patata mediana. Por otro lado picamos la cebolla al gusto y la pochamos con un poco de aceite y un poco de sal. Cuando esté doradita la reservamos.
Una vez que la patata esté cocida la machacamos con un tenedor. Sacamos la carne del aguacate y lo machacamos tambien junto con la patata. Una vez machacado añadimos la cebolla que habíamos apartado, removemos bien. Con esa mezcla rellenamos la piel de los aguacates que hacen las veces de cuencos, ponemos unas láminas de queso por encima y lo metemos al horno a gratinar.
Para mi el aguacate caliente fue un descubrimiento, está buenísimo.
¡Qué aproveche!
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