jueves, 19 de mayo de 2011
Sopa reconstituyente
Esta semana pasada me atrapó una gripe extraña. La pasé, entre otras cosas, con esta sopa inspirada en una que me trajo una amiga un día para cenar.
Época de guisantes, de fresas y de ensaladas de flores.
Para la sopa necesitamos:
Guisantes, zanahorias, cebolla, apio, aceite de oliva, salsa de soja, sal(opcional), miso y agua.
Pico la cebolla en juliana y la pongo a pochar en una cacerola con un poco de aceite de oliva. Al rato añado las zanahorias, remuevo, le echo un buen chorro de salsa de soja, remuevo y después de un ratín le añado el agua y el apio. Lo dejo cocer, y después de unos 10 minutos introduzco los guisantes. Y vuelvo a dejarlo cocer lentamente.
Con la salsa de soja la sopa no suele necesitar mucha sal, pero podemos probar y rectificar si lo necesita. También tenemos que tener en cuenta que el miso es salado y que lo vamos a añadir al final.
Cuando las verduras esten tiernas la sopa está. Apartamos el apio si lo hemos añadido en un trozo grande para que le de sabor a la sopa, aunque también podemos anadirlo picado, es cuestión de gustos.
En el cuenco o plato donde vayamos a servir la sopa, deshacemos una cuharadita de miso con un poco de caldo. Luego vertemos la sopa encima bien caliente.
Es importante que el miso nunca hierva, pues si lo hace pierde sus propiedades.
Es una sopa muy rica para las noches de primavera.
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