sábado, 28 de mayo de 2011
Floreciendo
Estos días no hago más que encontrarme cosas que no paran de florecer: flores, huertos, ideas, sentimientos...
Las violetas africanas que tengo en casa me ayudan a que siga floreciendo dentro de mí algo que está pero que a veces se me olvida, y no quiero que esto último pase.
miércoles, 25 de mayo de 2011
Srta. Lyndon
La Srta. Lyndon ya está en su nuevo hogar. Ahora vive en Madrid en una casa con vistas al aereopuerto.
Cuando me pongo a hacer un muñeco no hay un plan preconcebido, simplemente me van saliendo. Miro las telas, lanas, botones...que tengo y la cosa va surgiendo.
Cuando la terminé, me vino a la cabeza la imagen del entierro del hijo de Barry Lyndon.
jueves, 19 de mayo de 2011
Sopa reconstituyente
Esta semana pasada me atrapó una gripe extraña. La pasé, entre otras cosas, con esta sopa inspirada en una que me trajo una amiga un día para cenar.
Época de guisantes, de fresas y de ensaladas de flores.
Para la sopa necesitamos:
Guisantes, zanahorias, cebolla, apio, aceite de oliva, salsa de soja, sal(opcional), miso y agua.
Pico la cebolla en juliana y la pongo a pochar en una cacerola con un poco de aceite de oliva. Al rato añado las zanahorias, remuevo, le echo un buen chorro de salsa de soja, remuevo y después de un ratín le añado el agua y el apio. Lo dejo cocer, y después de unos 10 minutos introduzco los guisantes. Y vuelvo a dejarlo cocer lentamente.
Con la salsa de soja la sopa no suele necesitar mucha sal, pero podemos probar y rectificar si lo necesita. También tenemos que tener en cuenta que el miso es salado y que lo vamos a añadir al final.
Cuando las verduras esten tiernas la sopa está. Apartamos el apio si lo hemos añadido en un trozo grande para que le de sabor a la sopa, aunque también podemos anadirlo picado, es cuestión de gustos.
En el cuenco o plato donde vayamos a servir la sopa, deshacemos una cuharadita de miso con un poco de caldo. Luego vertemos la sopa encima bien caliente.
Es importante que el miso nunca hierva, pues si lo hace pierde sus propiedades.
Es una sopa muy rica para las noches de primavera.
jueves, 12 de mayo de 2011
Croquetas de espinacas
Recogiendo espinacas
Croquetas de espinacas
La espinaca es uno de mis productos estrella de la huerta. Por un lado porque me encantan y por otro porque creo que es una suerte tenerlas ecológicas, ya que las espinacas según un informe de 2008 de la Autoridad Europea de Salud Alimentaria son una de las verduras que más excede el Límite Máximo de Residuos, es decir, que llegan al supermercado llenas de pesticidas (Diagonal, nº148).
Para las croquetas se necesita: espinacas, cebollas, aceite de oliva, leche de vaca o de soja, harina, mantequilla, pan rallado, huevos y sal.
Pico una cebolla finamente y la pongo a pochar con un poco de aceite de oliva en una sartén.
Lavo las espinacas y las pico finamente.
Cuando la cebolla está dorada añado las espinacas crudas, sal y remuevo.
Añado unas 3 cucharadas de harina, remuevo y le voy añadiendo la leche. Enseguida empezará a engordar, le echo una nuez de mantequilla, y ale, a cocer bien la mezcla. Cuando creamos que está, para mí está cuando esa especie de bechamel se despega de las paredes del recipiente en el que la estoy cociendo, así me lo enseñó mi abuela y me va bien, la vertimos en un recipiente plano y dejamos que enfríe.
Un vez frío vamos cogiendo porciones y las envolvemos en una capa de pan rallado, otra de huevo batido y otra de pan rallado.
Cuando queramos comerlas las freimos en abundante aceite bien caliente.
Yo cuando me pongo a hacer croquetas hago bastantes y congelo unas cuantas. Llevan tiempo pero quedan deliciosas.
Croquetas de espinacas
La espinaca es uno de mis productos estrella de la huerta. Por un lado porque me encantan y por otro porque creo que es una suerte tenerlas ecológicas, ya que las espinacas según un informe de 2008 de la Autoridad Europea de Salud Alimentaria son una de las verduras que más excede el Límite Máximo de Residuos, es decir, que llegan al supermercado llenas de pesticidas (Diagonal, nº148).
Para las croquetas se necesita: espinacas, cebollas, aceite de oliva, leche de vaca o de soja, harina, mantequilla, pan rallado, huevos y sal.
Pico una cebolla finamente y la pongo a pochar con un poco de aceite de oliva en una sartén.
Lavo las espinacas y las pico finamente.
Cuando la cebolla está dorada añado las espinacas crudas, sal y remuevo.
Añado unas 3 cucharadas de harina, remuevo y le voy añadiendo la leche. Enseguida empezará a engordar, le echo una nuez de mantequilla, y ale, a cocer bien la mezcla. Cuando creamos que está, para mí está cuando esa especie de bechamel se despega de las paredes del recipiente en el que la estoy cociendo, así me lo enseñó mi abuela y me va bien, la vertimos en un recipiente plano y dejamos que enfríe.
Un vez frío vamos cogiendo porciones y las envolvemos en una capa de pan rallado, otra de huevo batido y otra de pan rallado.
Cuando queramos comerlas las freimos en abundante aceite bien caliente.
Yo cuando me pongo a hacer croquetas hago bastantes y congelo unas cuantas. Llevan tiempo pero quedan deliciosas.
lunes, 9 de mayo de 2011
Libélula Huerta
Fréjoles trepando
Semillero de pimientos
El principio de la comida
Libélula es un pequeño paraíso hecho de entusiasmo, trabajo, sueños, acción, amor por la Tierra y muchas cosas más.
Es un proyecto de agroecología
Un grupo autogestionado de consumo.
La huerta cambia constantemente, cada estación, cada semana, incluso cada día el paisaje es diferente y mi despensa y mi cocina van cambiando con los ritmos de la tierra.
Comimos fuera y cayeron cuatro gotas. No nos importó.
Semillero de pimientos
El principio de la comida
Libélula es un pequeño paraíso hecho de entusiasmo, trabajo, sueños, acción, amor por la Tierra y muchas cosas más.
Es un proyecto de agroecología
Un grupo autogestionado de consumo.
La huerta cambia constantemente, cada estación, cada semana, incluso cada día el paisaje es diferente y mi despensa y mi cocina van cambiando con los ritmos de la tierra.
Comimos fuera y cayeron cuatro gotas. No nos importó.
jueves, 5 de mayo de 2011
Philip o la ballena
A Philip le salió una ballena en la cabeza. Yo creo que fue de tanto pensar en ellas.
Lo hice a la vez que leía "Leviatán o la ballena", un libro para los apasionados de Moby Dick, para los que les gusten las aventuras y desde luego, para los que sientan una atracción especial por las ballenas, esos seres enormes y misteriosos, y que tantos secretos guardan.
Philip ocupa un lugar especial en mi salón, me encanta como me quedó.
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