La naturaleza decide el color de lo que como.
Ahora es época de col lombarda y de remolacha.
La cocina es diferente cuando se come de temporada con las cosas que hay en la huerta, hay que darle a la imaginación para no aburrirse con las remolachas, las coles de bruselas, el repollo...
La comida morada consiste en una crema de remolacha y unos rollitos de lombarda.
La receta de la crema la podeis encontrar
aquí. Yo hice algunas variantes en la receta. El caldo siempre lo uso de verduras, nunca de carne, además la receta lleva yogur griego y yo habitualmente intento usar en la cocina pocos lácteos, los reservo para unas buenas croquetas o para una lasaña. Pues eso, en la receta dice que dos yogures, yo eché la mitad de uno y seguro que está bueno sin yogur.
Para los rollitos necesitamos: cebolla, zanahoria, col lombarda, láminas de pasta brick, sal, aceite y vinagre de arroz.
Partimos en juliana las verduras. Las rehogamos en un wok con un chorrín de aceite de oliva, salamos y añadimos un chorro de vinagre de arroz. Las verduras quedan en su punto un poco crujientes.
Cojemos una lámina de pasta brick y la rellenamo con una cantidad generosa de verduras, embolvemos y reservamos. Freimos con cuidado en aceite caliente. Sacamos los rollitos y los dejamos un ratín sobre papel absorvente de cocina para que suelten un poco de aceite.
Me encanta esta receta. Están deliciosos acompañados con una salsa agridulce, si es casera, mejor que mejor.
Y!qué guapos los colores! Me acuerdo que una temporada hacíamos jornadas gastronómicas con un tema para cada encuentro. Una vez la temática fue el color naranja. La mesa había quedado preciosa. Compañeros y compañeras de jornadas, ¿volvemos a ellas?
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