No hay mejor cosa que llegar a casa a última hora y tener la cena hecha, calentarla y a zampar.
Me encanta este pastel. La soja texturizada es una proteína vegetal, al igual que el tofu, el seitán y el tempeh. De todos estos, la soja texturizada es el producto más procesado y menos natural, pero es muy versátil y para usar de vez en cuando está bien.
Para el pastel necesitamos: tomates, cebolla, zanahorias, patatas, aceite, mantequilla, soja texturizada, 1 hoja de laurel, tomillo y semillas de sésamo.
Picamos la cebolla y las zanahorias y las echamos en una sartén grande con un poco de aceite, salamos y dejamos que se vayan haciendo. Al rato, unos 10 minutos, añadimos tomates crudos previamente pelados, añadimos una hoja de laurel y un poco de tomillo. Lo dejamos a fuego lento para que la salsa se haga tranquilamente.
Ponemos a remojar la soja. En un cuenco la cubrimos de agua y la dejamos por lo menos 20 minutos.
Pelamos las patatas, las partimos y las cocemos para hacer un puré de patata. Cuando la patata esté blanda la pasamos por el pasapuré, le añadimos una nuez de mantequilla y sal a gusto.
Cuando ya haya remojado la soja, la escurrimos bien y la añadimos a la salsa de tomate y zanahorias que estamos haciendo y lo dejamos unos minutos más que cueza todo junto.
Necesitamos una fuente para horno. Llenamos todo el fondo con una capa de puré de patata. Encima le añadimos una buena cantidad del relleno preparado y sobre éste otra capa de patata. Para terminar le añadimos semillas de sésamo por encima.
Este relleno de soja y verduras lo podemos usar para lasañas, canelones, pimientos rellenos, con unos macarrones...
No se porqué, pasa con muchas cosas, este pastel queda más rico de un día para otro.
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